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Che Guevara, huésped del Generalísimo. O´Plp

Che Guevara, huésped del Generalísimo.  O´Plp

Como platos suelen poner los progres los ojos cuanto se les enseñan las fotografías del ídolo revolucionario Ernesto Guevara de la Serna, paseándose pacíficamente por el muy franquista Madrid del año 1959, vestido de uniforme verde oliva.

Estaba el Che en el apogeo de su carrera. La lucha revolucionaria del ejército rebelde de Fidel Castro había triunfado en Cuba a principios del mes de enero. A finales de ese mismo mes, había recibido al entonces senador chileno Salvador Allende, en febrero se le había concedido la ciudadanía cubana y el 2 de junio se había casado con Aleida March.

Sólo unos días después partió a una gira por Egipto, India, Birmania, Tailandia, Japón, Yugoslavia, Sudán, Roma y Marruecos, que se iniciaría en Madrid, con el conocimiento y la complacencia del gobierno del General Franco, que facilitó la visita y puso a su disposición los servicios de relevantes personas del Movimiento Nacional. Ciertamente, pocas cosas se le escapaban al Régimen en aquellos años, muy lejos que estaban del aperturismo.

En las imágenes, con el atuendo que, en la fotografía de Korda, hizo famoso su icono, aparece en la Ciudad Universitaria, en la Facultad de Medicina; frente al arco de la Victoria de Moncloa, conmemorativo de la victoria de los ejércitos de Franco en la guerra civil; en la cafetería California 47, entonces elegante establecimiento de la calle de Goya, que con los años sería lugar de encuentro de la ultraderecha; en Vista Alegre, con la plaza cerrada, y también, en un lugar privilegiado, en la barrera, durante una corrida que, en opinión de algunos, no se celebró en Vista Alegre, sino en Las Ventas.

Las fotografías las tomó el abulense César Lucas, quien trabajaba como reportero gráfico en el diario “Pueblo”, de la Organización Sindical del Régimen. En ellas puede verse a quien le acompañó en su visita, Antonio de Olano, de la Jefatura Provincial del Movimiento.

Desde luego, la boina y el uniforme no pasarían desapercibidos en aquel Madrid que hospitalariamente le acogió.

Alguna anécdota del viaje trascendió y –dicen- fue motivo del primer enfrentamiento entre Fidel y el Che. Y es que éste, que estaba interesado en comprar una máquina de escribir, no pudiendo hacerlo, por ser festivo, consiguió, por las gestiones de sus anfitriones del Movimiento que le abrieran ni más ni menos que Galerías Preciados, el templo del incipiente capitalismo comercial de la época, lo que parece no gustó, por reputarlo gesto burgués, cuando llegó a oídos del Comandante.

De Madrid partió hacia El Cairo y, al cabo de su periplo, volvió nuevamente a Madrid, en el mes de septiembre, hospedándose en el Hotel Suecia, que, por su inmediata proximidad a la Secretaría General del Movimiento, era donde se alojaban las personalidades invitadas desde este organismo.

No fue ésta la única visita del Che a España. Regresó años después, de manera menos escandalosa, bajo seudónimo, aunque no es de creer que el Régimen no estuviera al tanto, para entrevistarse con Juan-Domingo Perón, en su casi fortificada residencia madrileña de Puerta de Hierro. De esta visita no hay fotos, pero sí el testimonio de quien la propició, Enrique Pavón de Pereyra, asesor del expresidente argentino y recopilador de las Obras de José-Antonio Primo de Rivera.

Chirría tanto la realidad de esta visita que todos procuran desdibujarla: que si fue forzado a ir a los toros, cuando es palmario que quiso estar en primera fila, que si no se trataba de una visita oficial, cuando qué mayor oficialidad puede pensarse que la de vestir el uniforme.

La realidad es que, en aquellos años, ni el Régimen de Franco sabía en qué iba a desembocar la revolución cubana, ni veía ésta con malos ojos, sino más bien al contrario, como denota la prensa oficial de la época.

Un episodio menor éste, en cualquier caso, pero que deja ver lo escasamente antifranquista que se mostraba entonces la revolución cubana, la expectación y hasta esperanza que el franquismo puso en ella y la insignificancia de la oposición interna, con la que el Che ni se molestó en intentar tomar contacto. Tan cierto todo ello como chocante para los estereotipos y las reglas de la hodierna corrección política.

Hay referencia a la visita en en El Nuevo Herald (http://armengol.blogspot.com/2007/10/el-che-en-madrid.html ); en Periodista Digital (http://blogs.periodistadigital.com/gente.php/2007/10/03/el_che_se_paseo_por_madrid_1234) y en Sociedadanónima (http://www.sociedadadanonima.org); en La Jornada, de México (http://www.jornada.unam.mx/2007/10/15/index.php?section=deportes&article=a46n1dep); a las fotografías, en La Voz de Asturias (http://www.lavozdeasturias.es/noticias/noticia.asp?pkid=213259); y a la vista a Perón, en “El Che y Perón. La reunión”, de Ricardo E. Brizuela (http://comunidad.ciudad.com.ar/argentina/capital_federal/ricardobrizuela/cheperon.html).

 

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